II Ciclo en Ciencias Sociales para Educación de Adultos

Clase 19: América Latina

22.02.2010 15:28

El continente americano, en comparación con otros continentes, como Europa o Asia, es un continente poco poblado: alberga a más o menos 740 millones de personas que habitan 42 millones de km2 , lo que entrega una densidad de 17.6habitantes por km2.

En  este  sentido,  se  dice  que  tiene  una  potencialidad  espacial  enorme.  Sin embargo, existen  inmensas áreas   sin población humana que las habite: se trata de selvas, montañas y grandes extensiones de terreno en la Patagonia.

El proceso de  colonización  experimentó dos  etapas.  Por ello se habla de una América anglosajona y una América  latina,  términos fundamentalmente culturales para referirse a las dos Américas.

Desde  el  punto  de  vista  demográfico,  América  Latina  exhibe  las  siguientes características:

  Su población es más numerosa que la de América anglosajona.

  Tiene una población mucho más joven que la anglosajona.

  La  distribución  de  la  población  latinoamericana  es  desigual  y  se concentra,  fundamentalmente,  en  los  márgenes  del  continente  y disminuye a medida que se ingresa en el interior.

  La  población  de  América  Latina  aún  es  mayoritariamente  rural,  en cambio, la de Norteamérica es de carácter urbano.

  Las  ciudades  de  América  Latina  exhiben  un  aumento  considerable  de población en  los últimos años. Las ciudades más pobladas  son: Ciudad de  México,  Sao  Paulo,  Buenos  Aires,  Lima,  Santa  Fe  de  Bogotá  y Santiago de Chile, consideradas todas como megalópolis.

 

Primera Etapa: de la producción de materias primas a la búsqueda del Desarrollo Económico mediante la Industrialización. Segunda Etapa: implementación de un nuevo modelo económico y social. Desde los años 30 a las década del 70. Tercera Etapa: del retorno al modelo liberal democrático a la actualidad.

A fines del S XIX los países latinoamericanos dependían exclusivamente de la producción de sus materias primas por parte de capitales extranjeros mediante el sistema llamado “laissez-faire” (libre hacer) y con una participación o intervención mínima del Estado. Este período terminará con la crisis de 1929, y la búsqueda del desarrollo industrial nacional.

Se caracterizará por la  presencia  creciente  del  Estado  en  los  asuntos  públicos  y económicos con el objetivo de superar aquel tipo de situaciones. El Estado cumplirá un rol benefactor. Sin embargo, en  la  década  de  los  50,  aún  bajo  los  influjos  de  la  industrialización, los problemas  estructurales de  los  latinoamericanos  (pobreza, marginalidad, analfabetismo) no  estaban  resueltos.  Esta  falta  de  solución  llevó  a  algunos sectores  de  la  izquierda  latinoamericana  a  radicalizar  sus  discursos  y estrategias de  solución. La  represión  a  los  opositores  de  los  gobiernos militares  de  Latinoamérica  favoreció  un  movimiento  de  opinión  que  proponía  un  regreso  a  sistemas democráticos y a sistemas económicos neoliberales,  caracterizados  por  la eliminación  del  concepto  de  Estado  de  bienestar”.  En  este  contexto,  en  la mayoría  de  los  países  latinoamericanos  se  comienzan  a  privatizar  distintas empresas que antes estaban en manos del Estado.
Políticamente, las naciones latinoamericanas dependerán de gobiernos provenientes de clases aristocráticas y conservadoras, que conviven en el poder con la influencia aceptada de la Iglesia Católica. Los amplios grupos sociales proletarios se encuentran marginados de las esferas de poder, pero ya se han formado partidos políticos y grupos de trabajadores que exigirán derechos y cambios.

En América Hispana  se presentan algunos  casos  importantes de  revoluciones populares que pretenden alcanzar para sus economías un desarrollo sostenido.

Se trata de la Revolución Mexicana, el peronismo en Argentina y la Revolución Cubana. Pero dentro de esta lucha se producen cruentas luchas civiles, dictaduras militares de izquierda y derecha que durarán largos años.

En  un  ambiente  de mejoras  económicas,  de  una mayor  estabilidad,  con  el término de  la Guerra  Fría,  la  caída de  los  regímenes  totalitarios,  la  sociedad comienza a exigir una mayor participación en  la política. Se  inicia,  tanto por presiones  internas de  los diferentes actores sociales, como externas de países democráticos, un proceso de redemocratización de los gobiernos americanos.

 

Los nuevos desafíos económicos de Latinoamérica pasan por diversificar su producción, dar valor agregado a sus tradicionales productos con tecnología, y aprovechar al máximo  las ventajas  comparativas que  tienen  su paisaje, su ubicación y la riqueza de su multiculturalidad.

 

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DANIEL CASTILLO RAMÍREZ