II Ciclo en Ciencias Sociales para Educación de Adultos

clase 15: La Revolución Industrial

22.02.2010 14:04

Dentro de los sucesos que darán inicio a la Época Contemporánea, se visualizan  procesos revolucionarios de tipo político y tecnológico. Del primero, su mayor manifestación será la Revolución Francesa (1789), que auspicia un cambio en las estructuras del sistema gobernante predominado por una nobleza que pierde paulatinamente (inclusive en el resto de Europa) el tradicional prestigio y poder que poseyó por siglos.
Sin embargo, dentro de la misma Europa se está produciendo un fenómeno que originará un cambio en la forma de producción. Este gran cambio será llamado: La Revolución Industrial.

 


Ya para el S. XVIII se inicia en Europa un particular fenómeno demográfico, donde se manifiesta un sostenido aumento de la población, esto debido al mejoramiento en el sistema de higiene, salud y alimentación, resultante del comercio con América, además de innovaciones en la producción agrícola. Gracias a este intercambio y producción de nuevos productos vegetales, la alimentación mejora y la población aumenta sostenidamente, optimizando su calidad de vida.


Junto con ello, surge la creciente necesidad de vestir y alimentar esta creciente población, se hace entonces evidente: la implementación de un sistema de producción que fuera más rápido y numeroso en elementos alimenticios y textiles para suplir esa necesidad. Por ejemplo, el antiguo sistema basado en maestros artesanos, agrupados en variados gremios, no daba abasto para la creciente demanda de productos de vestir. Fue en esos momentos de necesidad, que surge la creatividad e inventiva de una serie de hombres, que revolucionan el sistema de producción de insumos básicos para aquellas necesidades generalizadas.

 


Se mejora entonces, los fertilizantes, el sistema de rotación de tierra, la creación nuevas semillas vegetales y las razas de animales de granja creando anticipadamente una verdadera revolución agraria, sin esta revolución agraria, la revolución industrial no se hubiera podido generar. En el plano textil, el algodón producido en la India y América, va sustituyendo a la lana como fibra de vestir en Europa. Pero a pesar de todos estos cambios, se hace necesario encontrar la forma en que los trabajadores produzcan en mayor cantidad ambos tipos de producciones.

 

Esta respuesta surge con la iniciativa de un puñado de inventores, que inicialmente usan la energía hidráulica y eólica para generar el movimiento de las máquinas; Aunque estas, se ven aun limitadas a los rigores del tiempo atmosférico, y al alto costo que resultaba ubicarlas en lugares geográficamente adecuados, muchas veces lejano al sitio de producción o vivienda de sus operarios.


Ya para mediados de la década de 1760 surge los modelos mejorados de una maquina que usaba una fuerza que ya era conocida por sus prestancias mecánicas: EL VAPOR. Esta máquina no necesitaba la fuerza del agua y el viento para moverse. Podía realizar en su empuje la fuerza que ocuparían en un día 9.000 hombres. Sólo requería agua en sus calderas y la leña (posteriormente el carbón) para generar el calor necesario para mover sus brazos mecánicos.

 


La máquina a vapor, reemplazará rápidamente la fuerza humana y animal; y la aplicación de esta a las labores agrícolas y textiles, responderán a las necesidades que la creciente población venía demandando.

 

Será Inglaterra la que dará ese gran salto tecnológico, requiriendo para sus máquinas dos elementos esenciales en esta primera revolución industrial: el Carbón y el Hierro. Con estos elementos las máquinas de vapor se aplicaran en la invención de maquinas de hilar, y servirán como motor para los futuros transportes (barco a vapor y la locomotora) de personas y materias primas, facilitando la producción y el comercio.

 

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DANIEL CASTILLO RAMÍREZ